Capital Federal (Agencia Paco Urondo, por Mesa ejecutiva de FEDUBA) El despido de 25 docentes en la Facultad de Medicina (ver http://feduba.org.ar/wordpress/?p=466), las trabas por parte de la UBA a la implementación de la ley de jubilaciones del 82% móvil (ver http://feduba.org.ar/wordpress/?p=465) -considerando “interferencias indebidas” a los derechos sociales sancionados por ley nacional- son los primeros signos de un preocupante giro hacia la derecha de la principal universidad de nuestro país, tras la colonización de lugares clave en el rectorado y en varias facultades por parte de funcionarios y dirigentes del macrismo.
Las condiciones de posibilidad de esta situación surgen de la nueva correlación de fuerzas al interior de la UBA, de la que los sectores progresistas quedaron excluidos luego de la bochornosa asamblea universitaria de fin del año pasado (ver http://feduba.org.ar/wordpress/?p=460).
En dicho contexto, esta nueva orientación cuenta con la anuencia, por acción u omisión, de algunos grupos que gobiernan la UBA, quienes no dudan en ampararse en la autonomía universitaria para legitimar una política de aislamiento de la universidad respecto de las necesidades de las grandes mayorías, para desconocer los derechos laborales de los docentes y no docentes y para disponer, casi discrecionalmente, del presupuesto de la UBA provisto por el estado nacional gracias al esfuerzo del conjunto del pueblo argentino.
Las políticas de gobierno de Mauricio Macri, con su desfinanciamiento sistemático y mercantilización de la educación, la precarización de las condiciones docentes, la persecución política mediante el reciclaje de agentes de inteligencia y la elección de figuras representativas de la derecha más conservadora como Abel Posse, son un claro ejemplo del modelo elegido por estos sectores para la educación pública.
Para enfrentar este avance y sentar las bases de una nueva universidad pública, ratificamos lo que sostuviéramos a fin de año en ocasión de la asamblea universitaria: “hace falta reconstruir un espacio político interclaustros que sea capaz de convocar a los muchos que día a día sostenemos nuestro compromiso con la universidad pública y reconstruir los espacios de representación gremiales, institucionales y académicos, desandando así el camino del desacople entre ellos y el conjunto de la comunidad universitaria, pero fundamentalmente entre la universidad y una realidad política y social que nos invita a hacernos cargo de los debates de fondo”. (Agencia Paco Urondo)
Liberales dudando de los números de Milei
Hace 14 horas
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