El secreto de los éxitos electorales de Rafael Correa, Evo Morales y Hugo Chavez, es el secreto del fracaso de Eduardo Frei en Chile, por Jorge Tribó

Mar del Plata (Agencia Paco Urondo)

¿Cuál es la causa de que algunos gobiernos, como es el caso de Ecuador, Bolivia y Venezuela hayan triunfado de manera contundente en los distintos escenarios electorales en que participaron y no haya ocurrido lo mismo por ejemplo, en la última elección chilena?

Creo que la diferencia está en que los primeros, gobiernan desde y con el pueblo, mientras que en la hermana república de Chile, se ejerció el poder desde una alternancia de élites que, mas allá de la buena intención que sus actores pudieran tener, expresaban mas a una dirigencia “profesionalizada” y por lo tanto, con una mirada de la realidad, alejada del sentir popular.

Por el contrario, en los gobiernos populares de Bolivia, Venezuela y Ecuador, se ven en los altos cargos del estado, a los rostros del verdadero pueblo, no solo en cuánto a imagen, sino fundamentalmente, en cuanto al grado de representatividad de las necesidades y demandas populares.

No es casual que en Bolivia, con una población originaria (quechuas, aimaras, guaraníes, etc.) cercana al 70% del total de la población, integren actualmente, las máximas instancias de los 3 poderes, se los puede ver en la conducción del poder judicial, integrando el parlamento o ejerciendo funciones ministeriales en el ejecutivo.

Tanto Evo Morales como Rafael Correa, asumieron el mando simbólico del poder, a través de ceremoniales indígenas que reflejan el reconocimiento de los nuevos jefes de Estado a sectores de la población secularmente marginados y excluidos del manejo de la función pública.

Lo mismo puede decirse del gobierno bolivariano, que permanentemente lucha y se tensiona, para lograr grados crecientes de participación popular, la reforma militar (batallones de reserva, milicias territoriales) las misiones barrio adentro (con la valiosa colaboración misionera de los médicos y maestros cubanos) la recuperación de tierras y empresas (muchas en manos extranjeras) y el traspaso de la gestión a manos de sus trabajadores son, entre otros espectaculares logros, muestras cabales de la incorporación de los desheredados de la patria venezolana al ejercicio del poder real del estado.

De la misma manera, podríamos preguntarnos ¿que hizo el Gral. Perón, para gestar un movimiento de masas que aún hoy perdura en sus enseñanzas y legado?, lo mismo que Evo Rafael y Hugo, incorporó por ejemplo a la mujer dándole el voto femenino, incorporó a la clase trabajadora, dándole un protagonismo y derechos como nunca antes habían soñado, justo es reconocer, que previamente la clase obrera a través de su heroica movilización popular, gestó el 17 de octubre, que liberó al General de su prisión (igual que en la Venezuela de Hugo Chavez) y lo posicionó como alternativa popular de poder.

En los cuatro ejemplos exitosos mencionados, también se convocaron asambleas constituyentes que permitieron gestar una nueva institucionalidad estatal al servicio del pueblo, privilegiando a los sectores más humildes y carenciados.

En base a esta rica experiencia latinoamericana, me pregunto si desde el kirchnerismo no necesitamos impulsar una rectificación profunda, que permita consolidar el poder alcanzado, incorporando a aquellos sectores excluidos, que en definitiva son la única base sobre la que se puede construir poder soberano y la única razón de ser que tiene la política, cuando es bien entendida.

¡Argentinos a las cosas!

Veamos entonces, si la desocupación en la Argentina es del 9,8%, esa debería ser la cuota de cargos electivos que le correspondería a los desocupados para las próximas elecciones de 2011, por supuesto, respetando la proporcionalidad que corresponde a cada intervalo de edad en que se compone este segmento de desocupados y con un alto grado de debate y participación a la hora de elegir sus representantes
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¿Quiénes mejor que ellos, impulsarían y defenderían medidas tendientes a eliminar este flagelo social?

Si por ejemplo, los trabajadores ocupados constituyeran el 40 % de la sociedad, esa debería ser la representatividad que deberían tener en el parlamento, sin descuidar a la clase media, que históricamente, representa un importante sector de la sociedad (los mejores intelectuales, los mejores empresarios, los mejores profesionales, los mas prestigiados e íntegros, deberían proponerse para integrar las listas de cargos electivos)

Todas estas reflexiones caerían en saco roto, si no se distinguiera a un burócrata, de un hombre del pueblo, si no se distinguiera a una persona prestigiosa, de una persona famosa, que no es lo mismo (de lo contrario, podríamos, elegir a Mirta Legrand, o a Reuteman o la pitonisa de Punta del Este), si no se distinguiera una verdadera consulta popular, de la mera designación a dedo.

Creo que a mayor participación popular, mayor consolidación del poder del pueblo, lo que significaría un cambio de paradigma cultural en la forma de ejercer la política en la Argentina




(Agencia Paco Urondo)