martes, 26 de enero de 2010

Entre el pensamiento tibio y el infantilismo de izquierda, por Eduardo Villar

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Los últimos acontecimientos que involucran a la “república independiente del Banco Central” han generado variadas preguntas, cuestionamientos y un ¿cómo es que llegamos a esta situación, con este tipo de acciones sincronizadas, realizadas por funcionarios del gobierno, jueces y medios de comunicación masiva, como si fuesen coordinados orgánicamente? Tomando la descripción sobre el concepto del “pensamiento tibio” que hace Perry Anderson sobre los últimos 25 años de la cultura francesa y teniendo en cuenta que la influencia de algunos elementos que él considera es similar en el desarrollo de nuestra intelectualidad, podemos hacerlo propio y arriesgar que el gobierno nacional o tal vez, el proyecto nacional y popular, se halla atrapado entre el pensamiento tibio y el infantilismo de izquierda.

Un pensamiento tibio que está representado en la situación actual por una parte del pensamiento progresista, que refiere a la democracia como un fin en sí mismo, que piensa tal vez que el sólo hecho del voto o del funcionamiento de las Instituciones garantiza una evolución en la resolución de los problemas del país. Influenciado por el alfonsinismo, y el redescubrimiento de la república, sigue la idea que la democracia por sí sola va a resolver las necesidades del pueblo, cómo un mecanismo independiente del sujeto, es decir sin poner el cuerpo, considerando que la democracia evolutivamente garantizará las transformaciones requeridas por la sociedad en su conjunto. Este pensamiento se ha conformado a partir del terror, en la posibilidad de evitar todo tipo de enfrentamientos. Este pensamiento es el que levanta un monumento al Che Guevara en Rosario, pero sin su fúsil ametralladora, para no despertar susceptibilidades (sic). Algo así como hacer una estatua de Maradona sin pelota, o de Vilas sin raqueta. Es más, cuestiona el final del himno nacional en la parte que dice ¡oh! juremos con gloria morir, y propone cambiarlo por juremos con gloria vivir, también para sacar este tema de la muerte por la Patria del medio, porque no es necesario, porque la democracia por sí sola se va a encargar de todo.

También van a proponer sacar la espada de San Martín de los monumentos, para democratizar la figura del prócer. Bajo el paraguas de este pensamiento tibio, que además niega el conflicto como motor de la historia, el liberalismo, que es la fuerza política más convencida de su necesidad imperiosa de asaltar el peronismo y volverlo a utilizar para retomar el rumbo de los 90’, se agazapa dentro del Gobierno. Sus integrantes se encuadran, se vuelven “técnicos especialistas de los mercados”, funcionarios correctos, especialistas en tratar lo económico bajo la lógica que utiliza el imperio, negando que esa lógica cuando suma 2¬¬ + 2 es igual a 4 para EEUU y es igual a 1 para la Argentina, llamando siempre a la cordialidad y al desarrollo de “políticas como en los países serios”. Y escuchamos algunos integrantes de esa generación joven del 80’ que dicen como hace unos días Sergio Massa, oriundo militante liberal, con esa presencia de “soy un muchacho común y muy educado”, decía algo así como “qué había que bajar los decibeles y evitar estas confrontaciones”. Y también nos enseñaba que “era necesario la renovación de la dirigencia peronista”, para que jóvenes como él puedan acceder a la conducción del peronismo con “ideas nuevas” o al propio Jefe de Gobierno de la Ciudad, reivindicarse como peronista, cuando fue condecorado por la derecha reunida en Rosario, durante el conflicto del campo, con Aznar a la cabeza.

Por un lado el pensamiento tibio que no puede definir un proyecto popular, porque ha cedido el papel fundamental antiimperialista del peronismo, y del otro lado, lo que la propia Presidenta calificó de infantilismo de izquierda, con viejos militantes, de muchos años, que saben perfectamente qué es el infantilismo de izquierda. Esa suerte de transportación de verdades universales de la transformación política histórica al aquí y ahora, sin considerar cuál es la situación actual, la diferencia entre lo ideal y lo posible, cuál es la correlación de fuerzas, cuáles son las condiciones concretas, qué es lo que el pueblo considera o quiere al respecto, agitándolas como banderas para acorralar al gobierno y con un fuerte desprecio por la gente, propio del infantilismo de izquierda. Sabe este sector, que nadie dentro del proyecto nacional y popular puede avalar la depredación de nuestros recursos naturales, pero no presenta por ejemplo, un proyecto para que las miles de familias que viven y trabajan en las minas de San Juan, puedan cambiar su situación actual por un trabajo mejor remunerado y en mejores condiciones. ¿Cuál es la propuesta de este sector? ¿Cómo se puede desandar el proceso de entrega de los noventa de un plumazo? ¿Este proceso de recuperación del Estado y de los recursos naturales de la Nación no requerirá un esfuerzo superior y una organización más fuerte de las fuerzas nacionales? ¿Cómo van a hacer las personas para adecuarse a estos cambios y que es lo que se ofrece realmente como proyecto de vida? El pueblo podría pensar “ellos venden la Patria, y nosotros pagamos siempre las consecuencias, ya sea cuando nos va mal cómo cuando nos va bien”. ¿Están pensando realmente en la gente? ¿Cuál es la organización social sobre la cual se apoyarán estos cambios?

¿Cuáles son las fuerzas organizadas de la sociedad que respaldan estas medidas, no en las oficinas si no en las calles? ¿Bajo que consulta popular a la sociedad de San Juan se basan las propuestas tan loables? ¿Qué piensa el pueblo de San Juan? y ¿qué piensan aquellos que trabajan en las minas? La entrega del país se hizo en las oficinas de Buenos Aires, pero la recuperación es un proceso complejo que involucra las vidas de miles de familias, sus sueños, sus esperanzas, y eso no es lo mismo que hacer una película. Y entonces surgen las preguntas que estos hechos nos despiertan… ¿cómo estos liberales están ahí disfrazados de “técnicos” y con tanto apoyo externo? Y este infantilismo de izquierda, además de defender los “procedimientos de los países serios”, ahora empuja a fondo y con entusiasmo estas preguntas que surgen hoy, también negando la historia y pasando por arriba de los hechos recientes. Esta oposición que sostiene que el gobierno convive con la derecha en su seno, se pone contenta con los últimos acontecimientos y es capaz de apoyar a “los buenos técnicos” para que no sean maltratados (sic). Acusa al gobierno de convivir con la derecha y cuando el gobierno despide un militante liberal orgánico de la derecha, resulta que lo defiende y acusa a la Presidenta de atuoritarismo y atropello a las reglas de la democracia liberal. Trae el problema de la legitimidad de la deuda externa y defiende a la derecha.

Es un infantilismo que no tiene nada que ver con la inocencia, y por el historial de sus cuadros políticos, parece un juego muy extraño…casi un viejo juego conocido que siempre escondió intereses “non santos”.

Es lógico que un gobierno que subió con el 22 % de los votos, no posea una fuerza suficiente como para entrar en la Casa Rosada a los cachetazos, cuando además venía condicionado por la transición de Duhalde, y los medios lo tildaban de títere. También es posible considerar que el ascenso de Kirchner al Gobierno debió realizarse en acuerdo con Duhalde, y manteniendo las reglas que el liberalismo había impuesto. El problema de los cambios no es sólo una decisión política, que puede ser cuestionada, sino también la correlación de fuerzas que sustentan las acciones en cada aquí y ahora del proceso político, lo que hace posible o no esa toma de decisiones, el estado de ánimo de la gente frente a la coyuntura política, y el estado de los argumentos que sostienen las urgencias de cada momento. Es en ese estado de cosas, en esa correlación de fuerzas, que los militantes liberales se agazaparon pensando en el futuro, y hoy son los que van a fondo en atosigar al Gobierno, en alianza con gran parte de la oposición. El gobierno es conciente que el proyecto nacional y popular necesita del compromiso de vastos sectores de la población, y que existen transformaciones muy importantes que tienen que realizarse para no regresar al modelo de los noventa. Está claro que no todo puede hacerse ya, que el proceso de recuperación de lo nacional es un camino complicado que inevitablemente llevará un largo tiempo en relación a las urgencias que la sociedad requiere. También debe saber que una asignación universal por hijo es una respuesta inmediata para paliar las necesidades urgentes de los que menos tienen, pero no puede ser una propuesta para enamorarse de un proyecto nacional.

Pareciera que la gente en realidad lo que busca es un sueño posible, no una quimera, no una ilusión ni una promesa, una nueva organización de lo social con posibilidades de poder planificar la esperanza. Y este sueño posible sólo puede ser creíble a través de acciones concretas de un Gobierno Nacional, que frente al acontecer cotidiano se coloca del lado del pueblo, que recupera el sentimiento de Patria, de independencia y de justicia social. El Gobierno sabe que debe avanzar sobre este encierro permanente entre el pensamiento tibio y el infantilismo de izquierda, con una derecha organizada que va a golpear cada medida que tome. También debe saber que su alianza principal es con el pueblo y construirla no es sólo una tarea económica, sino política y cultural. El objetivo de este comando golpista que funciona en forma sincronizada tiene como tarea trabar, hacer escándalo, crear una situación que pueda agobiar al gobierno y capitalizar un descontento que sirva para ganar las elecciones del 2011. Pero el vicepresidente Cobos no se va ir, porque en los planes del comando golpista está la posibilidad de una salida anticipada de la Presidenta, que lo colocaría al frente del ejecutivo, con esa imagen de componedor de la Argentina que siempre está vendiendo y con el Banco Central en 48 mil millones de dólares.

Él pretende representar la síntesis entre el Gobierno y la oposición, la cual comenzó el año golpeando a Cristina y al gobierno sin importarle los costos económicos del país. Cobos es un señor prudente, medido, capaz de licuar cualquier conflicto que implique algún costo para la oligarquía y el gran capital. Su lugar de resistencia es bastante difícil de sostener. ¿Quién le susurra al oído?…no tenés que irte, te necesitamos ahí…

Y entonces habrá que volver a hablar de la dependencia, de la liberación, del imperialismo, del valor social de la tierra, de propuestas económicas de autodeterminación, de los terratenientes y los latifundios, con espíritu crítico y con propuestas concretas para cada paso, para cada acción, a partir de escuchar lo que el pueblo reclama para sus vidas, reinstalando una moral, que es la construcción de una idea por la que vale la pena luchar, retomando el sentido de la Patria y de los valores fundantes de la Revolución de Mayo. Recuperar todo ese lenguaje tantas veces torturado en la historia del peronismo y de la patria, y en la última dictadura desaparecido de las bibliotecas personales de los hogares. Esos libros que dejaron agüjeros negros en los estantes. Esos libros que fueron a parar al fuego, quemados en el inodoro, enterrados en los jardines, que la democracia no recuperó e hizo silencio sobre su paradero. Ese lenguaje escondido en la mente de las personas a través del terror…para instalar como obvio que: “de eso no se habla”. (Agencia Paco Urondo)

5 comentarios:

  1. Muy bueno... descriptivo de la izquierda de la derecha que es la centroderecha de la ultraizquierda... me maree.

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  2. Muy bueno, muy bueno!!! esto del "pensamiento tibio" como nueva categoría de análisis político y de la coyuntura. Además todo el artículo es un curso acelerado de formación política y de pensamiento crítico que tanta falta nos hace a los argentinos de hoy. Al respecto me preocupa particularmente como la cultura neoconservadora y proimperialista ha calado en nuestros jóvenes y docentes universitarios en cuanto a esto del "pensamiento tibio". Estoy de acuerdo HAY QUE PLANIFICAR LA ESPERANZA como decía Pichon Rivière y yo agregaría que tenemos que cambiar aquello de que "la política es el arte de lo posible" por esta: LA POLITICA EN UN PAIS DEPENDIENTE COMO EL NUESTRO ES EL ARTE DE "HACER POSIBLE" LO QUE PARECE (Y APARECE) COMO IMPOSIBLE...Un abrazo militante: Hugo García - Paraná-Entre Ríos- hugogarciaar@yahoo.com.ar

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  3. Me pareció muy bueno el articulo, muy esclarecedor de la situación política actual.
    Pienso que este tipo de reflexiones deben circular mas en la web, en medio de tantos mails y blogs que parecieran guionados siempre por la misma gente.
    Me gustaría agregar que afortunadamente no todos los jóvenes compramos los discursos hegemónicos, quizás en este momento no somos la mayoría, pero pienso que es nuestra responsabilidad hacer un esfuerzo por difundir un pensamiento mas autónomo y crítico de lo que parecieran ser verdades reveladas.
    Los felicito por el blog!...Saludos!
    Romina- Santa Fe

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  4. Matilde Dordoni- Salto Pcia. Bs.As.28 de enero de 2010, 1:59

    Muy buen articulo, explica toda la situacion actual, y como la derecha viene haciendo las cosas. Articulos como este debe estar al alcance de toda la poblacion. Felicitaciones!.

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  5. Gustavo Sosnitsky28 de enero de 2010, 5:28

    Muy buenas reflexiones que permiten en su análisis profundizar un necesario debate en el camino de la consolidación del Proyecto Nacional y Popular.
    Volver a hablar de lo que hay que hablar, no teniendo actitudes ni tibias ni las del viejo infantilismo de izquierda (ya patológico si ponemos como punto de partida de la enfermedad el 55)ayudarán a consolidar éste renovado proyecto de Justicia social, soberanía política e independencia económica.
    En cada momento, a cada instante, en todo lugar seamos cada uno de los que seguimos soñando con el Proyecto Nacional y Popular multiplicadores del debate y de acciones que defiendan lo mejor de lo actual ayudando a cambiar lo necesario.No seamos Tibios. Eso es estar en la vereda de enfrente, eso es estar siendo liberales.

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