Capital Federal (Agencia Paco Urondo. Ministerio de Salud de la Nación, Prensa y Comunicación) Gabriel Ive, director nacional de Emergencias Sanitarias del ministerio, encabeza un equipo que fue el primero en llegar a Leogane, una localidad particularmente devastada por la tragedia. Llevan cinco días de trabajo y atienden a más de 200 pacientes diarios.“El panorama es desolador, pero me siento orgulloso de estar acá”, relató.
Como parte de los esfuerzos que realiza el Gobierno Nacional en Haití para asistir a las víctimas del terremoto que asoló a ese país, profesionales del Ministerio de Salud al mando del director nacional de Emergencias Sanitarias, Gabriel Ive, han atendido a más de mil víctimas de la tragedia y fueron los primeros en llevar ayuda sanitaria a la ciudad de Leogane, donde tienen montada su base operativa.
“Cuando arribamos a Leogane, a unos 40 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital haitiana, nos encontramos con una situación muy particular: el argentino fue el primer contingente en llegar a un lugar que no tenía atención sanitaria a cinco días de ocurrido el desastre, por lo tanto el nuestro fue el primer centro de salud instalado en esta ciudad, que proporcionalmente fue la más afectada por el terremoto. Se calcula que tiene una población de unos 60.000 habitantes y que ha habido una mortalidad de 10.000 personas aproximadamente”, señaló el funcionario.
Ive detalló que los 14 médicos presentes en Leogane trabajan junto “a tres personas de logística de los Cascos Blancos” argentinos en el marco de la “Mesa de Crisis” que se conformó por instrucción del Gobierno Nacional a raíz de la catástrofe sufrida por Haití y que el Ministerio de Salud integra junto a los de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Defensa. “Los médicos somos todos emergentólogos. Hay clínicos y dos cirujanos, entre los cuales me incluyo, y ambos pertenecemos a la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación”.
“Teníamos la experiencia de haber trabajado con centros alternativos de atención en tiendas de campaña en otros lugares –explicó-. Entonces armamos una carpa consultorio para la consulta espontánea de la gente y aquellos pacientes que son ambulatorios, y dos carpas más: una para la internación abreviada, pacientes que van a estar entre seis y doce horas de observación y pueden retirarse, no digo a sus domicilios porque a veces es difícil decirle a la gente que se vaya a la casa porque se ha quedado sin casa, y otra carpa de pacientes críticos, que tienen alguna patología que hace que tengan que ser derivados a otro centro de mayor complejidad, cosa que hoy no es fácil, ya que aquellos centros a los que uno los tendría que derivar están totalmente colmados de gente y no los recibe nadie”.
El cirujano detalló que “también hay una tienda de campaña donde duerme parte de la gente, mientras que otra duerme a la intemperie, y cinco tiendas mucho más chicas que son utilizadas para el acopio de todos los insumos que manda el Ministerio de Salud”.
El Gobierno argentino ha fletado a la nación caribeña dos aviones Hércules con alimentos, medicamentos e insumos como gasas, vendas, agujas y guantes, entre otros elementos, a los que se sumará otro vuelo que partirá de Buenos Aires a Puerto Príncipe el próximo sábado.
Del horror a la esperanza
En comunicación telefónica desde Leogane, Ive señaló que “la instalación del centro alternativo de atención” argentino en esa ciudad “trajo un flujo de gente importantísimo y con cosas sorprendentes, porque tenían cinco días de evolución pacientes con politraumatismos y fracturas, chicos, bebés y adultos. Había una gran cantidad de personas en demanda de por lo menos una primera atención inicial”.
“El primer día se atendió a más de 200 personas, tuvimos un paciente con un traumatismo de cráneo severo que fue el único fallecido que hemos tenido. A partir de ahí se suscitó día a día prácticamente la atención de 200 personas todos los días, hoy es el quinto que estamos acá”, indicó.
“Como hecho feliz –remarcó-, grato para nosotros después de tanta muerte, desazón de la gente y tanta desgracia, al día de hoy llevamos realizados cuatro partos. Los chiquitos se fueron en perfecto estado y ya están en sus casas con sus madres. Hemos resucitado un neonato que había tenido una muerte súbita y a su vez hemos atendido a uno de esos chiquitos tan famosos que están circulando por el mundo, que es el nene que había estado ocho días debajo de una cama a la que se le había caído una losa encima”.
El director de Emergencias Sanitarias también destacó que el centro de atención argentino llegó a tener “126 pacientes internados, pero no sólo en las carpas, sino también en una cancha de básquet que tenemos acá al lado y buscamos lugares alternativos para poder internar gente. Hay gente que está internada bajo los árboles con sus colchones y tampoco tiene adonde ir”.
“Hemos hecho yesos, amputaciones con anestesia local, suturas, un trabajo realmente de una humanidad por parte de cada uno de los integrantes de la comitiva realmente espectacular. Es digno de destacar lo que ha hecho cada uno, ha dado todo y a través de mensajes de correo electrónico que me llegan por teléfono veo que todos los medios argentinos hablan muy bien de esta misión”.
La situación de un país devastado
“El panorama en Haití es desolador, pero uno debe hacerse a la idea de que es un país con una comunidad altamente vulnerable, que aun después de todas las cosas por las cuales ha pasado no ha terminado de desarrollarse. Por lo tanto, no tiene un sistema de salud organizado, no hay un sistema de organización del trabajo. Todo eso hace que la gente venga a solicitar la atención médica, alimentos, cualquier tipo de ayuda como algo totalmente natural”, reflexionó Ive.
“Se ve a la gente con desazón, con amargura y tristeza de haber perdido lo poco que tiene. El otro día hablaba con un haitiano y me decía que el terremoto había terminado con Haití porque no había nadie que lo reconstruyera. Uno tiene que estar acá para darse cuenta realmente lo que es la violencia por una bolsa de alimento”, añadió.
En cuanto a la vida cotidiana del contingente argentino en Leogane, afirmó que se encuentra “en un terreno que está pegado a una base militar dependiente de Naciones Unidas a cargo del Ejército de Sri Lanka, por lo que ellos son los que nos brindan seguridad y se aseguran de que no nos falte nada”.
Destacó que entre los integrantes del equipo a su cargo “la gran mayoría duerme en una carpa, dos personas dormimos fuera de ella y otras dos dentro del cuartel, en un lugar muy precario que nos han dado. La comida para nosotros habitualmente la hace la gente de logística de Cascos Blancos, tenemos alimentos y provisión de agua. Además, muchas veces la gente del Ejército de Sri Lanka nos provee algún tipo de alimento y agua, que es lo que más escasea acá y más se consume porque son días agobiantes de calor y mucho trabajo”, puntualizó.
La presencia del Ministerio de Salud
“Para mí es un orgullo que el Ministerio de Salud esté presente en un evento de esta magnitud, donde los ojos del mundo se han posado en este país. El sentido de pertenencia que uno tiene hace que pueda contribuir al esfuerzo que realiza el organismo en prestar salud no sólo en forma interna sino que también ha demostrado su capacidad de hacerlo en forma externa. Y no sólo mandando cosas, que es lo más fácil, sino también aportando recurso humano para esto. Me siento orgulloso de que el ministerio haya asumido este rol”, expresó este profesional de 47 años, casado y con cuatro hijos, que vive en la ciudad de La Plata y es director nacional de Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud desde hace poco más de dos años. (Agencia Paco Urondo)
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