miércoles, 27 de enero de 2010

Movimiento Evita Rosario: BCRA, deuda externa y Proyecto Nacional y Popular

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) En los últimos días hemos asistido a una feroz disputa política entre el gobierno de la compañera Cristina y la llamada “oposición”, incluido el ex presidente del Banco Central de la República Argentina (B.C.R.A.): Hernán Pérez (alias Martín Redrado). Toda la “oposición”, haciendo suyo el discurso neoliberal, ha intentado cubrir el debate con el manto de la defensa de una supuesta intstitucionalidad, de la autonomía del B.C.R.A., de las reservas internacionales, etc., etc. Entendemos que lo que está en discusión son diferentes concepciones ideológicas acerca de cual debe ser el papel que deben jugar el gobierno, el Estado y sus instituciones, (el B.C.R.A entre ellas), en la fijación de políticas económicas y sociales y en el modelo de país que queremos construir.

Creemos que el estado, a través del gobierno, debe intervenir activamente en la economía estableciendo políticas que permitan la inclusión social y que la inclusión tiene que tener dos pilares: igualdad de oportunidades y trabajo digno para todos los argentinos. En este sentido, vemos que el proceso que conducen los compañeros Néstor y Cristina ha dado pasos importantísimos. Entendemos, también, que el B.C.R.A., no puede ser independiente del poder político y de las políticas económicas que este fije, es decir no podemos tener un B.C.R.A. manejado con criterios neoliberales si apostamos a un modelo de desarrollo nacional con inclusión social. De hecho, la tan mentada autonomía es una de las tantas mentiras impuestas por el neoliberalismo, debemos preguntarnos: ¿autónomo de que o de quien?

La “oposición” dirá: “del poder político de turno”, es decir del Gobierno de la compañera Cristina. Ahora, ¿si en vez de un gobierno nacional y popular tuviéramos uno neoliberal y conservador, el B.C.R.A. en defensa de su autonomía, tomaría medidas en defensa de lo nacional y popular? Obviamente la respuesta es no, y es no por que el B.C.R.A. que tenemos actualmente es una institución regida por una ley; (Carta Orgánica), redactada por Domingo Cavallo y aprobada por Carlos Menem. O sea que el B.C.R.A. es una institución diseñada para estar al servicio del modelo neoliberal y para defender su principal herramienta de dominación política y económica: el endeudamiento externo creciente y permanente.

Se habla de las funciones y de la autonomía del B.C.R.A. como si fueran cosas que hubiesen existido siempre tal cual las conocemos y que son ajenas a las decisiones y a los intereses económicos de los hombres, como si fueran hechos de la naturaleza. Pues bien, el B.C.R.A. no existió siempre, fue creado en la década del 30, bajo el gobierno fraudulento de Justo, siendo ministro de hacienda Federico Pinedo (este nombre nos suena, ¿verdad?), su primer presidente fue el británico Otto Niemeyer (si, ¡un inglés!) y era de capitales mixtos (mitad del Estado y mitad de privados). Con estos antecedentes (o mejor dicho prontuario), no nos queda duda, el primer B.C.R.A. no era autónomo, estaba puesto al servicio de los intereses de la oligarquía terrateniente y del imperialismo inglés.

En 1946 el gobierno del General Perón estatizó el B.C.R.A. y sin dudas, tampoco fue autónomo, estuvo al servicio de los intereses del pueblo y de los trabajadores argentinos. Las funciones que debe cumplir el B.C.R.A., dependen de la ley que lo regula (Carta Orgánica, redactada por Cavallo, Menen y Martinez de Hoz) y de la ley que rige el funcionamiento de las entidades financieros (obra de Martinez de Hoz, principal ministro de economía de la última dicatadura militar). La actual Carta Orgánica establece que la principal función del B.C.R.A. es preservar el valor de la moneda y regular cuantitativamente el crédito, además de la emisión de la moneda. En 1973 el gobierno popular de Héctor Cámpora modificó la Carta Orgánica estableciendo que las funciones del B.C.RA. eran “regular el crédito (tanto en calidad como en cantidad) y regular los medios de pago a fin de crear condiciones que permitan mantener un desarrollo económico ordenado y creciente, con sentido social, un alto grado de ocupación y mantener el poder adquisitivo de la moneda”. Las diferencias son evidentes, este era un banco funcionando en defensa de los intereses de los trabajadores y del pueblo y es este modelo de B.C.R.A. el que nos parece más acorde con nuestra forma de entender la realidad política y social de nuestro país. En definitiva, a lo largo de la historia, las funciones del B.C.R.A. no han sido siempre las mismas, estas han cambiado en función de cómo cambiaba la situación política.

Entre las distintas políticas que ha planteado el gobierno nacional y popular, merece especial atención la de desendeudamiento, tendiente, a reducir la deuda pública (la externa en especial). Es uno de los pasos más importantes para eliminar la dependencia con los grandes centros financieros internacionales y construir un país basado en la producción y el trabajo de los argentinos y no en la especulación financiera. A partir de fines de los años 70, los países centrales y las corporaciones financieras, muchas veces, en complicidad con las dictaduras, fomentaron hacia nuestros países (Argentina, Brasil, Uruguay, México, Venezuela, etc.), políticas de endeudamiento externo. Estas políticas se profundizaron durante los años 90 y se convirtieron en una poderosa herramienta de dominación política, ya que cada vez que había que renovar los créditos los gobiernos de turno debían aceptar las condiciones que imponían los organismos internacionales como el F.M.I. y el BANCO MUNDIAL. Organismos que en la práctica le decían a cada gobierno que podían y que no podían hacer, tanto hacia adentro como hacia fuera de cada país, la aceptación de estas políticas llevó al país a la mayor crisis política, social y económica de su historia. En este sentido la política de desendeudamiento nos ha permitido recuperar la capacidad de decisión como nación y la capacidad de generar un proyecto político acorde con los intereses del pueblo. Llama la atención, que entre los más furibundos opositores al Fondo del Bicentenario, se encuentren aquellos sectores ligados al neoliberalismo, que siempre hablaron de que la Argentina debía “honrar sus compromisos” en el sentido de pagar la deuda externa. Parece ser que el negocio, para ellos, no es pagar la deuda sino mantener al país endeudado permanentemente.

Pero, para poder desendeudarnos, hacen faltas reservas internacionales, (fundamentalmente dólares). La otra pata de esta política ha sido la acumulación de reservas. Actualmente contamos con 48.000 millones de dólares de reservas, al inicio de este proceso político, las reservas eran de 8.000 millones. Los “opositores” al pago de deuda con reservas argumentan que de usarse estas se correría el riesgo de que el peso se devaluara. De acuerdo a estudios hechos por economistas neoliberales, la cantidad de reservas necesarias para que no haya devaluación es de 28.000 millones de dólares, en esto coinciden la mayoría de ellos. Los más conservadores sitúan el nivel de reservas necesario para evitar problemas cambiarios en 40.000 millones. En el primer caso estarían sobrando 20.000 y en el segundo 8.000 millones de dólares, ambas cifras son inferiores a los 6.500 millones de dólares con los que se quiere formar el Fondo del Bicentanario. Volvemos a preguntarnos ¿por qué se oponen entonces?, nuevamente la respuesta la encontramos en el terreno de lo político, de lo ideológico y de los intereses que afecta el Kirchnerimo, los “opositores” pretenden que la deuda pública se pague con partidas presupuestarias y no con el excedente de reservas internacionales, de esta manera se recorta la capacidad del gobierno para efectuar políticas de inclusión social y que permitan financiar emprendimientos productivos tendientes a generar más y mejores puestos de trabajo. Las reservas internacionales que son fruto del trabajo y del esfuerzo de todo el pueblo argentino deben ser utilizadas para mejorar su calidad de vida y no para financiar la especulación y la fuga de capitales tal como parece ser el objetivo final de los “opositores”.

A lo largo de esta limitada reseña, hemos oído algunos nombres que nos son familiares y que se reiteran a lo largo de nuestra historia: Cavallo, Martinez de Hoz, Federico Pinedo... todos tienen algo en común su relación con las más salvajes dictaduras de nuestro país y la defensa a cualquier costo de los intereses económicos de los sectores sociales a los cuales pertenecen representan. Es interesante detenerse en Federico Pinedo, actual diputado del Pro, porta el mismo nombre y apellido que su abuelo, quien siendo ministro de un gobierno fraudulento fue el que creó el Banco Central y trajo a un inglés para que lo presidiera y fue también uno de los ministros involucrados en las denuncias por negociados en el comercio de carnes con Inglaterra que hiciera Lisandro de la Torre. El abuelo Pinedo y sus secuaces resolvieron el debate “democrática e institucionalmente”: mandaron un matón para que asesinara al senador de la Torre en el mismo momento en que se debatía el tema en el recinto del Senado. De la Torre sobrevivió al atentando pero en él perdió la vida el senador electo por la Provincia de Santa Fe, Enzo Bordabehere, constituyendo este uno de los hechos más nefastos de la historia argentina contemporánea.

El actual Federico Pinedo, (el nieto), es uno de los principales protagonistas de este intento de entorpecer la gestión de nuestro gobierno y de desestabilizarlo. Es acompañado, por la súbitamente famosa, jueza Sarmiento, personaje que nos vuelve a recordar que en política nada es casual, su hermano es abogado defensor de genocidas como el ex General Luciano Benjamín Menéndez, pero su relación con genocidas no termina ahí, su padre es el coronel Luis A. Sarmiento acusado de crímenes de lesa humanidad y que tenía un apodo que revela también su apego a la “institucionalidad y a las leyes”: “el mago de la picana”. Entre sus crímenes se cuenta el asesinato del militante peronista rosarino “Tacuarita” Brandazza, a quien “democrática, institucional y jurídicamente” torturó hasta asesinarlo. Vemos como vuelven a coincidir, represores y sectores económicos contrarios a los intereses del campo nacional y popular. Este gobierno es, por muy lejos, el que más ha avanzado en los juicios a los genocidas y en la implementación de políticas redistributivas. Tal vez haya avanzado demasiado para el gusto y los intereses de esos sectores y por tal motivo quieran detener este proceso de cualquier manera, pensamos, que es en este terreno y no en otro, en el que debemos dar la batalla política e ideológica para lograr la consolidación del proceso político y social del cual somos partícipes.

* Este fue un aporte realizado por un grupo de compañeros al plenario del Movimiento Evita de Rosario que se realizó pasado 18 de enero de 2010 (Agencia Paco Urondo)

2 comentarios:

  1. muy buena la nota de los compañeros del Movimiento Evita de Rosario. Los "opositores" del PRO, UCR, otros del PJ y demás garcas nos llevaron a un ajuste perpetuo, para pagar la deuda externa.
    Pero es innegable que la deuda externa argentina es odiosa, es ilegítima en su arranque y fraudulenta en su mayor parte. Esto será así?. Para sacarnos la duda me sumo a la propuesta que el Congreso la investigue. Ecuador logró una quita del capital del SETENTA por ciento de su deuda, después de una investigación.
    Decir que es legal porque la pagaron otros gobiernos "democráticos" no es argumento válido!!!. Hay fallos de jueces argentinos sobre la ilegitimidad e ilegalidad de la deuda.
    Las Leyes de Impunidad eran legales y el compañero Néstor Kirchner las derogó durante su gobierno y no fueron más legales, no?. 165 mil millones de dólares es mucha plata, no?.
    Fernando Wilhelm
    feraw_2010@yahoo.com.ar

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  2. Fernando: muchos de nosotros estamos en contra de la deuda, que además de ilegítima, ya fue pagada varias veces. Pro eso aplaudimos la quita de NK del 75%, la más alta de la historia global financiera moderna. Pero aceptemos lo siguiente: si es una interminable batalla contra el establishment mediático-judicial-radical la disposición de los fondos para apuntar la soberanía económica, imaginate si volvemos a declarar u nuevo default. Sobre este tema, avanzar aún más es poner en riesgo el conjunto del proceso político. Abzo militante!

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