martes, 26 de enero de 2010

Las Fuerzas Armadas y la Seguridad Interior, por Jorge Tribó

Mar del Plata (Agencia Paco Urondo)

Se equivocan aquellos que consideran que a través de la “mano dura”, la “inteligencia interna” y la “guerra interior” contra la juventud empobrecida y desocupada se logrará erradicar las consecuencias generadas por (en algunos casos) causas inconfesables, en el marco de la aplicación del modelo neoliberal, pensado para una Argentina de 20 millones de habitantes.

Pienso que desde el Kirchnerismo, se podría involucrar a las Fuerzas Armadas en una autentica doctrina nacional de Seguridad interior que contemple la creación de Escuelas Técnicas y de Oficios en cada cuartel, en el que, los chicos mientras cursan una nivelación escolar y una capacitación técnica con salida laboral, reciben una formación militar para estar en condiciones de defender a la patria en caso de necesidad.

Dicho sea de paso, lo militar no es una mala palabra, la mala palabra es aquella doctrina militar (importada desde las metrópolis coloniales a partir de 1956) que enseñaba y adoctrinaba a nuestros cuadros militares a odiar al pueblo y defender en nombre de la “democracia occidental”, los intereses neocoloniales de las transnacionales, tal como lo hicieron entre muchos otros, Videla y Martinez de Hoz.

Por supuesto que muchos políticos se sentían muy cómodos escalando posiciones en la pirámide partidaria, en base a los “servicios” prestados durante las sucesivas dictaduras y colaborando con la inteligencia de la antipatria.

Tal como lo demuestran los hechos históricos, se movieron cual viejos viscachas. Corriendo con el caballo del comisario, se quedaban con “jugosos” vueltos en el oficio de desguazar a la Patria y con la militancia popular jugaban “al gato maula y el mísero ratón”, arruinándole la vida a todo patriota honesto que quisiera construir una Argentina mejor y mas justa.

Cuanto estrés, cuantos infartos, cuanta depresión, cuantos sueños hecho añicos, cuantas puertas cerradas, cuanto talento neutralizado y destruido por una banda carroñera que desde el control de un estado prostituido bloqueaba toda posibilidad de construir sueños compartidos.

¿Por qué no pensar, por ejemplo, en la construcción dentro de las instituciones castrenses, junto al asesoramiento de Universidades, Institutos de Ciencia y Tecnología, el INTI, etc., en la creación de fábricas de doble propósito que, por un lado produzca armamento y municiones, se capacite a los jóvenes desocupados y se les creen fuentes de trabajo y que esos mismos talleres tengan la capacidad de desarrollar y producir artículos de uso civil?, el Estado Nacional sería el propio productor de su propia logística de Defensa (mas allá de todo lo hecho, que es importante) y por ejemplo, también podría fabricar o reparar vagones, locomotoras, rieles, etc., tal como se hizo durante el primer y segundo gobierno del Gral. Peron

Podrían las FFAA organizar brigadas de constructores de viviendas y colonizar las fronteras de la Patria, repartiendo tierras a civiles y militares retirados (tal como lo hizo históricamente el Brasil)

Aquí si, las FFAA se involucrarían de lleno en la Seguridad Interior, brindándole a los jóvenes argentinos, sus fuentes de trabajo, su seguro social, su seguridad alimentaria y de vivienda, su nivel educativo, la formación laboral y para la defensa, y por sobre todas las cosas, la posibilidad de soñar en un futuro de grandeza y felicidad


(Agencia Paco Urondo)

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