sábado, 30 de enero de 2010

“Revolución de Colores”, por Jorge Tribó

Mar del Plata (Agencia Paco Urondo)

Desde hace unos días, en Venezuela se intenta poner en marcha, nuevamente, una nueva versión de la “Revolucion de Color”, con la misma matriz ya aplicada en distintos lugares del mundo (incluso en Venezuela, ejemplo: Junio de 2007)

Para ello, la nueva punta de lanza, es la manipulación de el movimiento estudiantil (de las universidades controladas por autoridades neoliberales, fundamentalmente las universidades privadas). Cabe destacar, respecto de este tema, la diferencia existente en la estructura socio económica generada durante la era neoliberal y el período anterior, ya que en las universidades privadas (incluso las públicas, en buena medida) o de hegemonía neoliberal no pueden asistir estudiantes provenientes de los sectores mas populares, lo que de por si, genera un segmento estudiantil elitista muy diferente al que generó el movimiento estudiantil de la década de los 60 y los 70.

Detrás de esta punta de lanza estudiantil nos encontramos con la oposición que, enmascarada en un lenguaje populista demagógico y haciendo uso del control de la corporación mediática difama y calumnia día y noche la figura del presidente Hugo Chávez : se le construye una matriz de opinión negativa, en la que al presidente se lo presenta con una imagen mediática de “tirano”, “autoritario” o “déspota”, cuando en realidad, ganó el record de elecciones populares totalmente transparentes y supervisadas por organizaciones de todo el mundo.

Desde los medios opositores permanentemente se tira con munición gruesa contra la revolución bolivariana, generando un gran impacto entre las capas medias, que se informan por la realidad virtual de dichos medios y en buena medida, son totalmente incapaces de ver la realidad por en base a su percepción real de los hechos que acontecen, los estratos altos son concientes de sus privilegios y no necesitan ninguna manipulación para estar en contra de la revolución.

Pero, los verdaderos patrones de la desestabilización, operan desde las Embajadas de los países centrales (G7 + Israel) y sus ONG´s, que actúan como fachada civil de sus organizaciones de inteligencia, dichas instituciones de ingerencia son las responsables de conducir estratégicamente las ya famosas “Revoluciones de Colores” o también denominados “Golpes Suaves”, bajo la excusa de "promover la democracia" y la "libertad" , se implementa un elaborado esquema de subversión del orden establecido, que se apoya en el empleo de los medios de comunicación, propaganda vía Internet, apoyo financiero de dichas potencias, asesoría a grupos opositores por parte de las agencias de las inteligencia extranjeras, promoción de movilizaciones juveniles o estudiantiles, guerra psicológica y desconocimiento de la legalidad y la constitucionalidad.

Sus ideólogos y apologistas han definido estos procesos como expresiones pacificas de los pueblos que se revelan contra un régimen tiránico y según éstos, tendrían su inspiración y antecedentes en la llamada “Revolución de Terciopelo” mediante la cual un grupo de factores políticos opuestos al Partido Comunista de la Republica Checoslovaca, en noviembre de 1989, generaron las condiciones para el desmoronamiento del orden comunista establecido, tomando el poder bajo banderas nacionalistas, liberales y pro occidentales.

El objetivo de todas estas “Revoluciones de Colores” es reemplazar gobiernos “no controlables” por nuevos dirigentes dóciles a los designios e intereses del imperio, baste recordar, las llevadas a cabo mas recientemente, en territorios de la ex Unión Soviética, la primera tuvo lugar en la región del Cáucaso, fue la Revolución Rosa en Georgia a finales del año 2003, luego sobrevino la Revolución Naranja en Ucrania a finales del año 2004 y más recientemente la Revolución de los Tulipanes en Kirguistán en la primavera del 2005, en todos ellos se han dado la instauración de gobiernos de claro acento pro occidental y el distanciamiento de estos países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) compuestas por los países ex soviéticos.

En estos casos, para muchos analistas e estudiosos de la región, no cabe duda, que la proliferación de este tipo de movimientos ha sido parte de una estrategia más amplia de aislar y contener la esfera de influencia de Rusia en su propia vecindad geopolítica y fomentar el avance de los intereses de las potencias occidentales en los Estados Ex soviéticos.

Como hoy, estas Revoluciones de Colores se están aplicando en Latinoamérica, es bueno estar prevenidos ya que estas revoluciones son retratadas en la prensa occidental como revoluciones populares democráticas, en la que la gente de los respectivos países demanda la rendición de cuentas y la gobernabilidad democrática hacia sus dirigentes despóticos y sistemas políticos arcaicos.

Sin embargo, la realidad dista mucho de lo que esta imagen utópica sugiere. Como dijimos, las organizaciones no gubernamentales y los medios occidentales financian y organizan en gran medida a los grupos de oposición y movimientos de protesta, y en medio de una elección, buscan crear a travez de la corporación mediática, la percepción pública de fraude electoral, a fin de encausar a movimientos masivos de protesta para exigir que "su" candidato sea instalado en el poder. Lo que pasa es que "su" candidato es siempre el candidato favorito de Estados Unidos y Occidente, cuya campaña es a menudo gruesamente financiada por Washington, y proponiendo políticas favorables a Estados Unidos y condiciones económicas neoliberales. Al final, son las personas las que salen perdiendo, pues su auténtica esperanza por el cambio y la rendición de cuentas termina siendo negada por la influencia que los Estados Unidos ejercen sobre sus líderes políticos.

Estos manejos lo hemos visto con el accionar subversivo del con el ex embajador Philips Goldberg en Bolivia, apoyando y asesorando a la oposición genocida de la media luna del oriente Boliviano y actualmente en Honduras, con el embajador cubano americano Llorens reuniéndose y asesorando desde la Embajada Americana (junto al jefe de la Cia en Honduras) y la movilización de la derecha, todos vestidos de blanco (revolución de color elegida para el golpe en Honduras)

El mismo proceso y en distinto grado de intensidad, puede verse actualmente en Argentina, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Guatemala, etc.

Según Robinson Zapata, la Matriz de fabricación de las “Revoluciones de Colores”, siguen el siguiente patrón operativo:

En primer lugar, los agentes externos contactan y proveen de dinero y formación a grupos opositores con la finalidad de que estos generen un efecto multiplicador (recordar el encuentro de la derecha internacional en Rosario y la creación de Unoamerica).

Luego se inicia una serie de acciones tales como:

1. Activar nuevos actores ajenos a la política convencional, especialmente jóvenes y estudiantes sin afinidad ideológica alguna, identificados con los patrones y valores de sociedad de consumo (música, moda, estilo de vida).
2. Utilización de simbología y consigna que ayuden a masificar el movimiento más que por convicción política sea como una ola de moda (Ropas de un determinado color, banderas, signos, etc.).
3. Construir una vanguardia del movimiento que se gane la simpatía y solidaridad de la población.
4. Discurso de la No violencia y de desobediencia pacifica, acompañado de repetidas movilizaciones de calle hasta conseguir un hecho detonante que lleve al colapso del Estado.
5. Utilización de medios de difusión electrónicos para generar concentraciones rápidas y presencia al momento de los medios internacionales.
6. Uso de medios propagandísticos no convencionales, para banalizar, ridiculizar y mofarse de la investidura presidencial y de las altas autoridades.
7. Presión internacional mediante la exhortación al respeto de los Derechos Humanos de los Manifestantes.
8. Generación de espirales inflacionarios, escasez de alimentos e inseguridad económica para asfixiar al gobierno y arrastrar a otros sectores a las acciones de calle. 9. Negar la naturaleza democrática del gobierno denunciando internacionalmente que es un gobierno producto de un fraude electoral y en consecuencia es una dictadura.

“…Las “Revoluciones de Colores” han demostrado ser una estrategia de injerencia externa muy efectiva en aquellos países en los cuales un gobierno goza de poco aprecio popular o que sencillamente no cuenta con la fuerza electoral necesaria para hacer contrapeso a los grupos de desestabilización.

Es bueno tomar nota de las experiencias ajenas, siempre salvando las distancias, pero quienes han apostado por pintar una supuesta “Revolución” en Venezuela distinta a la Revolución constitucional y democrática liderada por el Presidente Chávez, han olvidado nuevamente en su ecuación al pueblo venezolano, su nivel de conciencia política y su capacidad de respuestas, así como el contundente e inobjetable respaldo electoral del cual goza el gobierno revolucionario. En todo caso no debemos subestimar la génesis de este ambicioso proyecto desestabilizador que tiene por fin último la desintegración y el fraccionamiento del Estado-Nación venezolano y la aniquilación de la esperanza del pueblo…” Robinson Zapata

Si observamos lo acaecido recientemente en el último acto eleccionario en Iran, al igual que en otros países, la matriz de manipulación electoral es la misma:

Tenemos dos candidatos, uno oficial y no sumiso al imperio y otro alternativo y pro yanqui
En los medios de comunicación occidentales, el candidato alternativo siempre aparece en multitudinarios y fervorosos actos públicos, mientas que el candidato oficial siempre es presentado en solitario, sin gente a su alrededor.
El candidato oficial es identificado con la maquinaria del Estado.
El candidato alternativo se desvincula del Estado, y crea un emblema propio, un color.
Se celebran las elecciones, y si gana el candidato oficial, entonces el candidato alternativo, no reconoce los resultados.
Los seguidores del candidato alternativo salen a la calle y comienzan los disturbios.
Como es natural, todo es supuestamente “espontáneo”, pero como dijimos, no falta financiación, ni organización.
La Comunidad Intencional, primero dice que las elecciones han sido limpias, pero conforme la Comunidad Internacional ve que las protestas son sostenidas y van ganando consistencia, entonces Occidente pone en tela de juicio las elecciones y su resultado, insinuando que ha habido fraude.

Esta matriz electoral ha funcionado en:

Revolución de las rosas contra Eduard Shevardnadze en Georgia el 2003, gobierno pro Rusia.
Revolución Naranja en Ucrania el año 2004, contra un gobierno pro Rusia.
Revolución de los tulipanes en Kirguistán el año 2005, contra un gobierno pro Rusia.
Revolución del cedro en Líbano en el año 2005, contra un gobierno prosirio, Siria es pro Rusia, y no pro Occidental.
Revolución Blanca, en Bielorrusia, y como fracasaron, ahora Occidente considera a este país no independiente, sino una “provincia” de Rusia.
Uzbekistán en 2005, la revolución no llegó a tener nombre, pero dio lugar a la expulsión de las fuerzas de EEUU y de la OTAN de su territorio.
Otras “revoluciones” en las urnas, no prooccidentales que son consideradas como dictaduras por el democrático occidente:

Venezuela, donde Chávez gana elecciones con mayoría absoluta y sin traba por parte de los observadores internacionales, cabe recordar que en la última consulta para la reforma constitucional, la oposición cantó fraude hasta que vieron que habían ganado por aproximadamente un punto de porcentaje.
Ecuador, donde lo mismo ocurre con Correa que gana por amplio margen.
En Bolivia, donde Evo Morales gana elecciones y nacionaliza los recursos explotados por multinacionales.
En Argentina, en las últimas elecciones legislativas, la oposición cantó fraude durante toda la campaña electoral y como el resultado le fue favorable, silenció inmediatamente sus denuncias.
Nicaragua, donde tras unos años de guerrillas, luego otros gobiernos de carácter prooccidental, ganan las elecciones los Sandinistas, desde que Ortega está en el gobierno, la oposición cada vez que hay un acto electoral, canta “fraude”.
Perú, donde con casi total seguridad el actual presidente es consecuencia de un fraude electoral, pero era el candidato de Occidente, frente al alternativo que era apoyado por Venezuela, Bolivia y Ecuador.
También la duda se cierne sobre la últimas elecciones en México, donde contra todo pronóstico gobierna el candidato prooccidental.

(Agencia Paco Urondo)

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