Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en prensa.medios.gov.ar, gentileza Mónica Oporto) La inversión en investigación científica se más que sextuplicó en seis años y empiezan a verse los frutos: un polo tecnológico, avances en biotecnología y biomédica, reactores nucleares y un compromiso inédito con los científicos que se habían ido del país para que regresen. La apuesta del avance de la ciencia en el país ya se ha empezado a notar en la agenda política nacional: la vacuna contra la gripe A, la realización de reactores nucleares, la biotecnología y sus efectos sobre la productividad agraria. Pero fundamentalmente, la Presidenta de la Nación, bajo cuya iniciativa se elevó el rango a Ministerio no bien asumiera, ha hecho de la ciencia y la tecnología el rasgo distintivo de su gestión.
Justo en la mitad de su gobierno, Cristina Fernández puede exhibir el polo científico tecnológico, donde antes funcionaban unos depósitos ferroviarios de bodegas Giol, que partían en dos Palermo Viejo, a la altura de las calles Godoy Cruz y Paraguay. Ahí funcionará en dos naves la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y un centro de investigación que tendrá relación con los institutos internacionales de innovación interdisciplinaria, asociados con centros de primer nivel de otros países. Sendos edificios coronan un proceso de evolución ininterrumpido desde 2003, que se vio reflejado en el aumento de presupuesto para la investigación que maneja Conicet: de 60 millones anuales a 400.
El actual ministro, Lino Barañao, empezó justamente en 2003 como presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y desde esa posición acompañó el crecimiento de la actividad, en lo económico y lo jerárquico. Estuvo sentado al lado de la Presidenta en la cumbre iberoamericana que se llevó a cabo en Estoril, Portugal, como demostración de la importancia que asigna el gobierno nacional a la tecnología. El año que ya comienza en breve sorprende a la cartera que conduce Barañao empeñada en la organización de un túnel de la ciencia, a realizarse del 4 de marzo al 19 de abril, en el marco de los festejos del Bicentenario.
La política de promoción de la cultura científica ha llevado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a organizar esta exhibición multimedia de la Sociedad Max Planck, que permite el contacto del público en general con las últimas ideas de la investigación moderna. El impulso estatal que recibe CyT se nota en la repatriación de científicos, que ejecutó el Ministerio mediante un programa llamado Raíces, que tiene varios componentes: una base de datos que permitió contactar a los investigadores residentes fuera del país y el otorgamiento de distintas ventajas a aquellos investigadores que deciden volver al país: se les pagó el pasaje, se hicieron acuerdos con las universidades o institutos del Conicet para insertarlos es esas instituciones y se realizó un complemento salarial para que puedan cobrar, al menos, lo mismo que los investigadores que ya estaban en el país.
El ministro destacó que "ya son más de 714 investigadores que han vuelto" y precisó:" Al resto no es que los hayamos perdido, sino que están trabajando activamente. Muchos de esos investigadores tienen cargos muy importantes en instituciones del exterior y eso nos permite enviar a nuestros becarios a formarse en distintos centros o concretar convenios de cooperación. Además, invertimos 45 millones de dólares, en los últimos años, en material científico de alto porte. Eso permite que los investigadores que retornan al país trabajen en las mismas condiciones que en el exterior".
La fortaleza argentina en distintas áreas de la ciencia abarca la creación de reactores nucleares, la biomédica, producto de la tradición que se inicia con los premios Nobel y en el área de biotecnología. El desafío que se plantea puertas adentro del Ministerio consiste en acoplar la capacidad de creación de conocimientos con un impacto concreto en la actividad productiva. La cartera ha venido trabajando en el estudio del cambio climático y sus consecuencias mundiales mediante la financiación a grupos de meteorólogos que analizan y monitorean las consecuencias, como también aquellos que investigan para mitigar las consecuencias. (Agencia Paco Urondo)
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